Tricomoniasis bovina, sin hacer mucho ruido.

Este otoño durante el trabajo de campo tuvimos una consulta de un ganadero de vacas de raza asturiana de los valles. Después de venir de los pastos, todas las novillas estaban vacías, algunas vacas también, y las que estaban preñadas, de menos tiempo del que cabía esperar (entre dos y cuatro meses, cuando deberían estar entre seis y ocho). Todas las analíticas que llevábamos realizando hasta la fecha indicaban que no había ningún brote de IBR/BVD, incluso Neospora, que pudiera justificar esa infertilidad y el retraso en la preñez.
La historia clínica del caso nos hizo pensar en que el problema de este rebaño, y posiblemente de muchos otros era la tricomoniasis.

La Tricomoniasis

Es una enfermedad venérea causada por un parásito protozoo (Trichomonas foetus), que provoca esterilidad, aborto temprano y piómetra (infección de la matriz con secreciones de pus).
Afecta sobremanera a las ganaderías de carne que realizan monta natural, y aunque se utiliza mucho la inseminación artificial, nosotros hemos sospechado de este problema en alguna ganadería de leche que utilizaba toro de manera generalizada.
En la mayoría de casos, lo más normal es que la enfermedad se introduzca en el rebaño al meter un toro infectado, aunque también las vacas puedan transmitir la enfermedad si se encuentran en una fase de infección primaria.

Localización y signos clínicos

En el toro, Trichomonas se localiza en las partes superficiales de la mucosa de la cavidad prepucial, mientras que en la vaca se encuentra en la vagina y el útero.
La mayoría de los toros no muestran signos de la enfermedad, aunque a veces hay una pequeña inflamación local después de que el toro haya sido infectado. Generalmente desaparece poco después, así que pasa completamente inadvertida sin presentar síntomas.
Los toros que tienen mucha actividad de monta son más contaminantes, ya que las tricomonas necesitan para desarrollarse y mantener su acción patógena el cambio de las secreciones uretrales y genitales. Por eso los toros viejos suelen ser más portadores de la enfermedad.
En las vacas durante la infestación primaria se desarrolla una vaginitis de tres a nueve días después de haber sido cubiertas por un toro infectado. La enfermedad se manifiesta por infertilidad, abortos, piómetras y repetición de celos, incluso en periodos irregulares. La infección puede llegar a infectar la matriz a través del cuello del útero y provocar metritis.
Si la vaca queda preñada, la contaminación uterina llega a ser considerable a medida que la gestación avanza, favoreciendo el desarrollo y la multiplicación de tricomonas. En la mayoría de los casos la muerte embrionaria sucede entre la primera semana y el cuarto mes. El hecho de que se produzca muerte embrionaria precoz es lo que nos hace ver celos retardados o irregulares. Después del quinto mes la posibilidad de aborto se reduce mucho.

Evolución

En los toros la enfermedad no produce disminución de la fertilidad, pero el animal permanece como transmisor de por vida.
Como no hay síntomas o lesiones es difícil apreciar el periodo de incubación. En infestaciones masivas el parásito puede subir por la uretra y llegar a los testículos, donde se multiplica, llegando a aparecen en cada eyaculación un 20% de tricomonas junto con los espermatozoides.
En las vacas que no han quedado preñadas, la evolución normal es la presencia de celos, en los cuales se eliminan gran cantidad de parásitos, en torno al 25%. Por tanto, después de pasar por tres o cuatro ciclos de sin cargarse, la mayoría de las vacas quedan libres de la infección, adquieren una inmunidad local y pueden quedar gestantes.

Diagnóstico

La historia del rebaño, los signos clínicos y el tipo de manejo pueden ser indicadores de la enfermedad, aunque el diagnóstico definitivo vendrá cuando aislemos Trichomonas foetus de material tomado de los genitales de un toro o de una vaca, aunque tampoco es tan sencillo.
En el caso de las hembras depende del ciclo estral, tomando una muestra de moco vaginal, incluso raspando un poco la mucosa del cuello del útero cuando la vaca esté en celo. También se pueden tomar muestras de los abortos, membranas fetales y piómetras, aunque es más difícil encontrar tricomonas en las vacas que sólo presentan vaginitis.
Todos los toros pueden ser examinados, ya que es posible aislar tricomonas en lavados prepuciales, aunque requiere de un manejo particular en un animal que no suele estar acostumbrado.
Deberían estar sin montar al menos una semana y realizar una infusión en profundidad con suero fisiológico en el saco prepucial al mismo tiempo que intentamos raspar un poco la mucosa para conseguir desprender el parásito. Se pueden utilizar vainas de lavado intrauterino, aunque existen unos raspadores específicos para este tipo de toma de muestras.
Con todo, todas las muestras, de vacas y toros tienen que llegar inmediatamente después de ser recogidas, con lo que es importante la coordinación de ganadero, veterinario y laboratorio para que todo éste protocolo sirva de algo desde el punto de vista diagnóstico, más cuando se pretenden enviar muestras de varios animales.

Tratamiento y control

Como decíamos, las vacas afectadas por la enfermedad eliminan parásitos con cada celo, por tanto podemos acelerar la frecuencia de los ciclos utilizando prostaglandinas y lavados intrauterinos con antibiótico que ayuden a resolver las metritis consecuencia de la infección y del aborto.
Para los toros existe alguna información sobre diferentes tratamientos medicamentosos utilizados por vía sistémica o tópica , lavados prepuciales con antisépticos, incluso se puede intentar mediante cirugía un raspado más intenso de la mucosa en animales de alto valor genético, pero no existen terapias totalmente eficaces. Por tanto la mejor recomendación es eliminar el toro infectado del rebaño ya que se producen problemas de resistencia y reinfección que perpetúan el problema.
Asímismo se pueden aplicar pautas de manejo que ayuden a prevenir o minimizar la incidencia de la parasitación, como evitar el contacto de nuestras vacas vacías con toros de otras explotaciones y que nuestro toro tome vacas que no son de nuestro rebaño (pastos comunales), utilizar toros jóvenes en la medida de lo posible, no efectuar rotaciones de toros durante la época de servicio, realizar diagnósticos de gestación periódicos que nos ayuden a detectar el problema, separar animales abortados, etc. Normas básicas que bien pueden valer para ésta y muchas otras enfermedades infecciosas.